Mantenimiento del equilibrio
interno: La Homeostasis.
En
un ser vivo complejo, miles de millones de células están organizadas en
tejidos, órganos, aparatos y sistemas. El organismo funciona de manera eficaz debido
en parte a que mecanismos de control muy precisos conservan la homeostasis.
Para que el organismo sobreviva y funcione, la composición de los líquidos que
bañan las células debe ser regulada de manera cuidadosa. Todo el tiempo debe
estar disponible una concentración adecuada de nutrientes, oxígeno y otros
gases, iones y compuestos necesarios para el metabolismo. Además, temperatura
interna y presión deben mantenerse dentro de límites relativamente estrechos.
Figura 1. Homeostasis |
La homeostasis
es un concepto básico de fisiología. Acuñado por primera vez en los 1860s,
cuando el fisiólogo Claude Bernard (1813-1878) describió la capacidad que tiene
el cuerpo para mantener y regular sus condiciones internas. El termino
homeostasis proviene del griego homoios
“lo mismo” y stasis “permanencia”.
Esta homeostasis es crítica para asegurar el funcionamiento adecuado del
cuerpo, ya que si las condiciones internas están reguladas pobremente, el
individuo puede sufrir grandes daños o incluso la muerte (Fig. 1)
Posteriormente,
en 1933, Walter B. Cannon (1871-1945) acuñó la palabra homeostasis para
describir los mecanismos que mantienen constantes las condiciones del medio
interno de un organismo, a pesar de grandes oscilaciones en el medio externo.
Esto es, funciones como la presión sanguínea, temperatura corporal, frecuencia
respiratoria y niveles de glucosa sanguínea, entre otras, son mantenidas en un
intervalo restringido alrededor de un punto de referencia, a pesar de que las
condiciones externas pueden estar cambiando.
En
realidad el ambiente interno nunca permanece sin cambio. La homeostasis es
amenazada de manera continua por los factores
estresantes, cambios en el ambiente interno o el externo que afectan las
condiciones normales del cuerpo. Los mecanismos homeostáticos interactúan de manera
continua para controlar el estrés, y mantienen el ambiente interno dentro de
los límites fisiológicos que permiten la vida. Todos los aparatos y sistemas
participan en estos mecanismos regulatorios, pero la mayor parte de ellos son
controlados por los sistemas nervioso y endocrino, en el caso de los animales.
La
homeostasis es un estado dinámico, un interjuego entre las fuerzas externas que
tienen a cambiar el medio interno y los mecanismos de control interno que se
oponen a dichos cambios. Los sistemas de control homeostáticos de un animal
mantienen las condiciones internas dentro de un rango donde los procesos
metabólicos de la vida pueden presentarse.
¿Cómo funcionan los mecanismos
homeostáticos?
Muchos
son sistemas de realimentación, a veces llamados sistemas de biorrealimentación. Un sistema de este tipo consiste en
un ciclo de acontecimientos en el cual se envía a una parte anterior del
sistema información acerca de un cambio (por ejemplo en temperatura) de modo
que el regulador (en este caso el centro regulador de la temperatura en el
cerebro) puede controlar el proceso (regulación de la temperatura). La
condición deseada (temperatura corporal normal) se denomina valor
predeterminado. Cuando la temperatura corporal aumenta o disminuye mucho, el
cambio es señal que hace que el regulador contrarreste el cambio. El regulador
activa mecanismos que devuelven la normalidad. El regreso a la temperatura
normal es la señal que hace que el centro de regulador de la temperatura
“apague” los mecanismos homeostáticos (Fig. 2)
Figura 2. Sistema de biorrealimentación |
En
este tipo de sistema de realimentación la respuesta contrarresta el cambio
inapropiado, de modo que reestablece el estado estable. Este es un sistema de realimentación negativa,
porque la respuesta del regulador es opuesta (negativa) a la salida o el
resultado final. La mayor parte de los mecanismos conocidos de control de la
homeostasis se basan en una realimentación negativa. Cuando un factor se desvía
mucho del estado estable (se hace demasiado alto o demasiado bajo), un sistema
de control con realimentación negativa devuelve la condición estable.
Hay
pocos sistemas de regulación positiva
en el organismo; en ellos, la variación respecto al estado estable activa una
serie de cambios que intensifican (en lugar de revertir) tal variación. Así,
aunque muchos sistemas de realimentación positiva son benéficos, no mantienen
la homeostasis. Un ejemplo es el ciclo de realimentación positiva que se
observa durante el nacimiento de un bebé (Figura 3). Cuando la cabeza de éste
empuja contra la abertura (cuello) del útero, una acción refleja hace que este
se contraiga. La contracción fuerza la cabeza contra el cuello uterino, lo que
da por resultado otra contracción, y el ciclo de realimentación positiva se
repite una y otra vez hasta que se da a luz al neonato. Algunas consecuencias
de realimentación positiva (como la que agrava el choque circulatorio en caso
de hemorragia intensa) desembocan en la interrupción de estados estables e
incluso en la muerte.
El termómetro corporal:
Regulación de la temperatura o termorregulación
La
mayor parte de los animales no pueden regular su temperatura corporal, y se
avienen de manera pasiva a los cambios térmicos en su ambiente. Otros en cambio
se termorregulan. La termorregulación es la capacidad de mantener la
temperatura corporal dentro de determinados límites, aunque la temperatura
ambiental sea muy distinta.
La
temperatura corporal de los animales acuáticos, anfibios y reptiles es parecida
a la de su ambiente (ectodermos), mientras que la temperatura de aves y
mamíferos es muy constante (ectodermos). Los primeros no poseen mecanismos de
regulación y realizan actividades para captar y aprovechar la cantidad de luz
solar necesaria para calentar sus cuerpos; cuando alcanzan una temperatura
máxima buscan la sombra y se refugian en cuevas construidas especialmente para
ello sencillamente buscan protección en lugares alejados de la luz solar hasta
que baje la temperatura corporal.
Las
mariposas en las mañanas baten sus alas para calentarse y prepararse para el
vuelo. Los nidos de las aves y de los ratones producen calor aprovechando la
cercanía entre sus individuos; muchos animales como los osos o los hámsters
hibernan durante este lapso y sus temperaturas y procesos metabólicos
disminuyen; cuando baja la temperatura
ambiental; las aves y los mamíferos evitan la perdida de calor gracias a la
presencia de estructura como plumas y pelos.
Figura 4. Termorregulación |
Tal como se muestra en la figura 4 en
el ser humano, receptores presentes en la piel, el hipotálamo y otras regiones
específicas son sensibles a los cambios en la temperatura corporal. La
información sobre esta última es enviada al centro regulador de la temperatura
situado en el hipotálamo. Determinados nervios envían a los músculos la señal
para que se estremezcan (tiriten) o permiten al individuo mover los músculos de
manera voluntaria para incrementar la temperatura corporal. Cuando esta
aumenta, los nervios incrementan la actividad de las glándulas sudoríparas (figura 5)
El
sistema nervioso también ayuda a regular la temperatura corporal dilatando los
vasos sanguíneos de la piel cuando el individuo tiene calor. El aumento del
flujo sanguíneo hacia la piel lleva calor corporal a la superficie. La piel
actúa como radiador y permite que el cuerpo pierda calor. Cuando el sujeto
tiene frío, los vasos sanguíneos de la piel se constriñen, con lo que reducen
la perdida de calor.
Figura 5. Regulación de temperatura frente al descenso del calor |
Figura 6. Regulación de temperatura corporal frente aumento del calor |
El control de la concentración de azúcar en sangre
La
fuente principal de energía para los vegetales es la luz solar y para los
animales son los alimentos, tanto de origen vegetal, como animal o mineral. Los
carbohidratos y las proteínas mediante el proceso de la digestión son
transformados en glucosa. Esta es aprovechada por el organismo para realizar
actividades que requieren energía. Un excedente de glucosa es almacenada en el
hígado en forma de glucógeno.
El páncreas
produce dos hormonas que desempeñan un gran papel en la administración de las
reservas de energía corporales. Una de las hormonas es la insulina la cual es producida por racimos de células
pancreáticas especializadas denominadas islotes.
Los islotes que se conocen como células
beta sintetizan y segregan la insulina. Los islotes de otro tipo llamados células alfa, secretan una hormona glucagón. La insulina y el glucagón controlan el mantenimiento de un
equilibro homeostático preciso entre la cantidad de combustible celular
disponible, la glucosa, en la sangre, y la cantidad de glucosa almacenada en el
polímero glucógeno en las células corporales.
Como
se muestra en la figura 7, la insulina y el glucagón son antagónicos,
encontrándose en un circuito de retroalimentación que administra de manera
precisa el almacenamiento de combustible y su uso mediante las células corporales.
Por retroalimentación negativa, la concentración de glucosa en la sangre
determina las cantidades relativas de insulina y glucagón que secretan los
islotes.
Figura 7. Mecanismo de regulación de glucosa en sangre |
Cuando
usted se despierta en la mañana, su concentración de glucosa en la sangre (o glucemia) es de unos 90 mg de azúcar/100 mL de sangre.
Quizá usted disfrute de un buen desayuno con arepa rellena de queso y café.
Muchos de los almidones y azucares
contenidos en su desayuno son digeridos y convertidos en glucosa. Esta es
absorbida después por el aparato circulatorio, lo que hace que la concentración
de glucosa en la sangre aumente.
Tal
aumento de glucosa en sangre estimula a las células beta del páncreas para que
secreten más insulina, que hace que las células corporales extraigan glucosa de
la sangre. Las células hepáticas (células del hígado) y las células musculares
esqueléticas toman gran cantidad de glucosa y la utilizan para formar
glucógeno, el cual almacenan. La insulina también estimula a las células para
que metabolicen la glucosa para un uso energético inmediato, para almacenar la
energía en las grasas o para sintetizar las proteínas. Cuando el nivel de
glucosa en la sangre disminuye por debajo del punto establecido, las células
beta pierden los estímulos para secretar insulina.
Figura 8. Mecanismo de regulación de la glucosa |
Después
de algunas horas, cuando la concentración sanguínea de glucosa comienza a
descender por debajo del valor normal, como puede suceder entre comidas o
durante un ejercicio extenuante, el páncreas (específicamente en las células
alfa) responde secretando la hormona glucagón. Este es un movilizador de
combustible que hace que las células hepáticas desdoblen el glucógeno en
glucosa y la libera en la sangre. También hace que las células hepáticas
conviertan los ácidos grasos y los aminoácidos en glucosa. Más tarde, cuando el
nivel de glucosa en la sangre regresa al punto establecido, las células alfa
disminuyen la secreción del glucagón (figura 8).
hormonas de las tiroides y
paratiroides mantienen la homeostasis de calcio
Un nivel adecuado de calcio en la sangre y el
líquido intersticial es esencial para muchas funciones del organismo. Sin el
calcio, las señales nerviosas no se transmiten de una célula a otra, los músculos
no pueden funcionar de manera adecuada, la sangre no se coagula y las células
no pueden transportar moléculas a través de sus membranas. Las glándulas
tiroides y paratiroides funcionan en la homeostasis de los iones de calcio (Ca2+),
manteniendo la concentración de los iones dentro de un estrecho margen (cerca
de 9-11mg/100mL de sangre).
Existen
cuatro glándulas paratiroides, todas embebidas en la superficie de la tiroides.
Dos hormonas peptídicas, la calcitocina de la glándula tiroides y la hormona
paratiroidea (PTH), secretada por la paratiroides y que regula el nivel de
calcio. Se dice que la calcitocina y la PTH son hormonas antagónicas debido a
que tienen efectos opuestos. La calcitocina disminuye el nivel de calcio en la sangre,
mientras que la PTH lo eleva.
Según
la figura 9, estas dos hormonas antagónicas, operan mediante sistemas de
retroalimentación que mantienen el nivel de calcio cerca del punto fijo
homeostático aproximadamente de 10mg de Ca2+/100 mL de sangre. Podrá
observar que un aumento en el nivel de Ca2+
en la sangre por encima del valor normal induce a que la glándula tiroides
secrete calcitocina, la cual tiene a su vez tres efectos: (1) Provoca que se
deposite más Ca2+ en los huesos, (2) Hace que los intestinos absorban
menos Ca2+ de la dieta y (3) promueve que los riñones reabsorban
menos Ca2+ mientras forman la orina. El resultado es un nivel menor
de Ca2+ en la sangre.
Figura 9. Mecanismos de regulación del Calcio |
Iniciando
desde el recuadro amarillo en la parte derecha, ahora continuamos por la parte
inferior del diagrama para ver como la PTH de las glándulas oparatiriodes
revierten los tres efectos de la calcitocina. Cuando el nivel de Ca2+
cae por debajo de los 10 mg/100 mL de sangre, la paratiroides libera PTHen la
sangre. Ella estimula la liberación de iones de calcio desde los huesos y
aumenta la toma de Ca2+ por los riñones y los intestinos. El
diagrama también indica el papel
importante que desempeña la vitamina D en la homeostasis de calcio.
Sintetizada en una forma inactiva por la piel expuesta al sol, la vitamina D es
transportada en la sangre hacia el hígado y riñones, en donde se convierte en
la forma activa. La forma activa permite
a la PTH incrementar la toma de calcio en los intestinos.
Resumiendo,
un sistema de equilibrio sensible mantiene la homeostasis del calcio. El
sistema de control de la retroalimentación en lo que participan dos hormonas
antagónicas. La falla del sistema puede tener efectos de largo alcance en el
organismo. Por ejemplo, una disminución de PTH provoca que el nivel de calcio
en la sangre caiga de forma dramática, provocando contracciones convulsivas de
los músculos esqueléticos. Si no se
revisa, esta condición conocida como tétanos, resulta fatal.
Buenas tardes profesora, quisiera saber cual es la actividad a realizar con este tema? Agradezco su respuesta, saludos.
ResponderEliminarBuenas tardes profesora cual es la actividad a realizar
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